20080210

1.8 Ojos abiertos

Luego de varios meses sin movimiento, abrir un ojo se convierte en una misión casi suicida. Los primeros segundos el mundo parece girar sin sentido, apenas estabilizado por algunas inyecciones de un liquido incoloro, el administrador trató de levantarse en su acolchado refugió pero no lo logró, a pesar que en realidad estaba más ligero.
Ahora sin duda, se encontraba en la superficie de Marte, una silueta se acercó, tardo unos segundos en reparar que se trataba de una muchacha, que vestía un mono de color azul, con su pelo recogido hacia atrás, blanca como un mota de algodón y con una enorme población de pecas en su cara. Al Administrador le pareció cómico que su primera imagen en Marte le recordara al cuento de Pipi Calzaslargas.

20071104

1.7 Luces

Por la tarde se desató el rumor entre los colonos que la sonda que transportaba al administrador estaba apenas a pocos días de arribar, en los grandes salones del gobierno rojo cobre, se habían sentado los hombres más viejos de las ciudades, ellos representaban al senado marciano. Uno de los hombres se mecía en una silla jugando con la poca gravedad del planeta mientras el resto del grupo adormitaba escuchando a la secretaría leer el acta de la reunión anterior.
Dispusieron colocar más luces en los interiores, lo que equivaldría a un trabajo mucho más intenso para los obreros de los jardines de reciclaje, quienes tendrán que reconstruir cada bombillo y lámpara con sus manos, no era posible que el administrador llegase y el interior de las ciudades permanezcan en oscuras.
No hablaron de las amenazas.

20071003

Cap. 1.6 Sigue el sueño

Los últimos meses ha estado inmóvil, el sueño es profundo, pero la mente ha comenzado a dar cuenta que ha estado siento manipulada.
Desde la vacía consola de mandos un estrella del firmamento ha comenzado a tornarse demasiado brillante para no fijarse, es Marte. Que cada vez está más cerca.
El administrador duerme, los programas han comanzado a inyectarle algunos fármacos para que su despertar no sea tan duro, luego de dormir varios meses la resaca puede ser fuerte.

20070823

Cap. 1.5 Playa Blanca

El viento golpea fuertemente su cara, está parado en la cima de un peñón, a la orilla de el mar, se cubre sus ojos con sus manos tratando de protegerse del brillante sol, a lo lejos, sobre una playita de arena blanca y aguas turquesas, ve que una mujer pedalea una bicicleta. Ella viste un pantalón corto de rayas rojas y una blusa azul, de esas que se anudan en sus últimos botones.
A pesar del esfuerzo, la mujer no pasa del lugar, por lo visto no parece importarle, quizás ni se ha dado cuenta de su inmovilidad, su rostro se ve feliz, apenas eclipsado por los mechones de pelo que le arrebata el viento. No se mueve, por que es parte del sueño del administrador, quien ahora baja del peñón para alcanzar la mujer de fantasía, apenas es una construcción matemática de la computadora que le induce el sueño...igual a la playa blanca de aguas turquesas.
Sucede lo de siempre, el usuario olvida la realidad, vive su fantasía en la inmediatez del sueño, la computadora maneja su mente hasta que la razón y la lógica comiencen a emerger como hiedras venenosas sobre la fantasía. En las primeras semanas de sueño inducido la máquina no tendrá problemas en burlar a la cabeza, pero luego de un par de meses los pensamientos tratarán potencialmente de no ser manipulados, a pesar que la computadora cambie el programa una y otra vez, con dinámicas más complejas, al final el software decretará la desconexión del sueño. El usuario despertará tal vez con un poco de jaqueca por el esfuerzo mental, pero sucede en largos períodos de tiempo, nuestro administrador no tiene que preocuparse, llegará a Marte en pocas semanas.

20070812

Cap 1.4 Sueños

La mortecina luz solar se disipó de la ventana, los sonidos exteriores dejaron de escucharse, ahora el administrador se encontraba solo, rodeado por una serie de máquinas que pensaban por él y que en cierto modo decidian por él, lo notó cuando estúpidamente trató de flotar en gravedad cero para ver si conciliaba el sueño, ahí las máquinas decidieron accionar el motor central del receptáculo donde habitaba el administrador y lo pusieron a girar dentro de un carril en forma de toroide, para generar un poco de fuerza centrífuga que lo hizo regresar el suelo.
Sentado se quedó viendo las luces en los tableros digitales, las máquinas abrieron la vitrina para el sueño criogénico de varios meses, y le ofrecieron en una pantalla que bajó entre tubos y cables una variada selección de sueños. El administrador tenía helado el cuerpo, a pesar de ello se desvistió completamente y se acomodó dentro de la acolchada cápsula criogénica, de nuevo sintió frío y estuvo temeroso de dormir casi congelándose, en ese momento se prendió la calefacción del sistema, para darle la artificial sensación que regresaba al vientre materno, así estuvo por unos minutos, vió que afuera de la vitrina las luces comenzaban a apagarse, una por una, y los sonidos se hacían cada vez más distantes, el cojín de la cápsula comenzó a desvanecerse a sus espaldas, poco a poco, entró al sueño, las máquinas son bastante diestras en esto de manejar la interfase de realidad y sueño, que confunde a los hombres los cuales comienzan a soñar sin considerar aún cerrar los ojos, así es el sueño inducido, llega de repente y repta por la conciencia como el atardecer a la noche, la cual no es un corte que viene de improvisto. Así como la noche llega lentamente y se funde con el día, así sucede con el sueño artificial. Las fantasías comienzan a tomar forma, ya se dio cuenta el administrador que no seleccionó su opción de sueño, no importa, las máquinas lo harán por el.

20070806

Cap 1.3 Dos opciones

El administrador apenas notó la resplandeciente y limpia luz que se coló por la ventana, el sol brillaba como nunca antes y sus rayos entraban vibrantes a través del cristal revestido. De haberse interesado un poco y se hubiera asomado por el vidrio, el administrador hubiera notado que el horizonte ya no era una línea de 36o grados, ahora había una curva que levemente sugerían que el mundo, como siempre lo ha sido y como lo han sido todos en la urbe cósmica eran esféricos, que por las razones gravitatorias, el universo y una de sus fuerzas invisibles pero presentes no había resuelto que los planetas fueras cúbicos, sino esféricos, firma peregene que todo lo que se encuentra en un mundo, incluyendo hombres, mujeres, animales, plantas, rocas, ríos, mares y montañas están cayendo eternamente al centro de masa, que de haberlo sabido, los antiguos cristianos, hubieran razonado que son las mimas fuerzas del universo las que nos jalan todo el tiempo al mismísimo infierno, o al purgatorio, o donde sea, según la cosmogonía del piadoso, y que no hay nada de nuestras acciones que nos impidan no caer justo al centro del mundo, nada excepto lo que ya cayó, las grandes formaciones rocosas que forman el manto terrestre, que es como una cáscara de manzana en comparación con las rocas y magma que forman el centro terrestre.
Cosa que no vió ni razonó nuestro administrador, que ya se encuentra pensando que hacer, si dormir por un par de meses mientras dure su viaje al mundo rojo, o quedarse despierto un tiempo más, para nada, meditar quizás, o tratar de conciliar un sueño natural, que para entonces ya había caído en cuenta su imposibilidad de caer en brazos de morfeo, eran varios días de insomnio que iban a ser truncados en este momento por un sueño inducido por un computador a su cerebro cuando se introdujera en la cápsula criogénica. Ahi adentro, ya conectado a la computadora, esta le crearía en su cabeza los más vistosos y elaborados sueños de aventuras fantásticas. Fantasías donde tan solo él sería el heroe que rescata a la princesa del acoso de ogros y dragones, o quizas de vivir las más románticas fantasías junto a una preciosa chica de pantalones cortos, que montaba una bicicleta y que se llamaba Lucía, todo de mentira, de farza, inventado por un antisocial programador barrigón que se desdeñaba ante un tablero gelatinoso, sueños que reemplazaron las diversiones abordo, cuando los viajes apenas duraban un par de horas, y no varios meses.
Y ahí afuera brillaron las estrellas, el horizonte ya había desparecido, se escucharon unos sonidos y chirridos de las computadoras dentro de la cápsula, indicaba que ya se había alcanzado la velocidad crucero, el cielo para entonces, era negro, y el sol relucía con su luz amarilla, clara señal que su clasificación espectral lo colocaban como una estrella G2, de las más ordinarias del universo.

20070723

Cap 1.2 Salida

Para llegar a la escotilla tardó media hora, tuvo que colarse entre tubos, cables y conexiones, al parecer no había mayor interés en todo el vasto mundo de seguir colaborando con los colonos marcianos. Al despegue no llegó la prensa, tan solo un puñado de familiares estaban en las inmediaciones rondando, que se habían quedado bajo un cobertizo escondiéndose de una fina lluvia que caía desde hace unos tres días, vieron pasar el transporte y perdieron la oportunidad de acercarse al futuro administrador de las colonias. A última hora una niña se alejó del grupo y corrió al portón principal con la intención de entregarle algo al famoso administrador, la seguridad del complejo no la dejó pasar, pero les llamó la atención lo que llevaba en la mano, un libro de carpeta negra, con unas iniciales en su costado y un cuadro en el frente. No dieron mayor importancia al suceso, de hecho, el administrador nunca se dio cuenta del obsequio de la chiquilla, ni lo que contenía ese libro, que a pesar de las normas de digitación universal, el texto no aparecería en ningún banco de datos, ni de aquí ni de ninguna estación espacial o mundo colonizado.

Cuando el administrador cerró de golpe la escotilla y los sellos de presión se activaron, se colocó los cinturones que lo sujetaban al sillón, para entonces ya era demasiado tarde, no había retorno, sostuvo la respiración y vió el suelo desaparecer entre un remolino de polvo.

Luego del despegue los familiares de los colonos regresaron en fila hasta el pórtico del submetro más cercano, la niña contemplaba las ilustraciones del misterioso libro, eran a mano, toda una excentricidad para entonces. Un familiar al notarlo reprendió a la muchachita, y esta de un salto ocultó el texto hasta el fondo de un saco.